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quarta-feira, 8 de agosto de 2018

¿QUÉ ES LA ORACIÓN? - Pr ROGÉRIO AMARAL





¿QUÉ ES LA ORACIÓN?

   La oración es comunicarse con Dios. Una verdadera oración es expresar nuestra devoción a nuestro Padre celestial, invitándolo a hablar con nosotros en cuanto hablamos con Él.

   ¿Quién puede orar? Cualquier persona puede orar, pero solamente aquellos que andan por la fe y obedecen a Cristo pueden esperar recibir respuestas a sus oraciones.

   El contacto con Dios comienza cuando recibimos a Jesús en nuestras vidas como Salvador y Señor (Jn14:6). Orar con un corazón limpio es también vital para una oración satisfactoria. Nosotros no podemos esperar que Dios responda a nuestras oraciones si hubiese cualquier pecado no confesado en nuestra vida o si estuviésemos cultivando un espíritu no perdonador (Sl 66:18); (Mc 11:25). Para que Dios responda nuestras oraciones, debemos tener fe y pedir de acuerdo con Su voluntad (Mt 9:29; 21:22; 1Jn 5: 14,15).

   ¿Por qué debemos orar? La Palabra de Dios nos ordena a orar (Lc 18:1; Hc 6:4; Mc 14:38; Fl 4:6; Cl 4:2; 1Tm 2: 1,2).

   Nosotros oramos para tener comunión con Dios, recibir coraje y fuerza espiritual para vivir una vida victoriosa y ser intrépidos para un testimonio vibrante para Cristo.

    La oración libera el gran poder de Dios para cambiar el curso de la naturaliza, de las personas y naciones.

   ¿Para quién debemos orar? Nosotros oramos al Padre en nombre del Señor Jesucristo, a través del ministerio del Espíritu Santo. Cuando oramos al Padres, nuestras oraciones son aceptadas por Jesucristo e interpretadas a Dios, el Padre, por el Espíritu Santo (Rm 8:26, 27,34).

    ¿Cuándo debemos orar? La Palabra de Dios nos ordena para “Orar sin cesar” (1Ts. 5:17). Nosotros podemos estar orando durante todo el día, expresando y demostrando nuestra devoción a Dios mientras realizamos nuestras tareas diarias.
No siempre es necesario estar arrodillado o en un cuarto tranquilo para orar. Dios quiere que estemos en comunión con El constantemente, no importa donde estemos. Podemos orar en el carro, mientras lavados los platos o cuando caminamos en la calle.

   ¿Qué debemos incluir en Nuestras Oraciones? Aunque la oración no pueda ser reducida a una fórmula, ciertos elementos básicos deben ser incluidos en nuestra comunicación con Dios: Adoración, Confesión, Agradecimiento, Súplica (CASA).

   Confesión: Cuando nuestra disciplina para orar comienza con adoración (sincera), el Espíritu Santo tiene la oportunidad para revelar cualquier pecado en nuestras vidas que necesita ser confesado.

    Adoración: Adorar a Dios es rendir culto y alabarlo, honrar y exaltarlo en nuestro corazón, mente y con nuestros labios.

   Súplica:  La súplica incluye la petición por nuestras propias necesidades e intercesión por los otros. Ore para que su interior pueda ser siempre renovado, siempre sensible y fortalecido por el Espíritu Sato. Ore por los otros: su cónyuge,  sus hijos, sus padres, vecinos y amigos; nuestra nación y autoridades. Ore por la salvación de las personas, por una oportunidad diaria de llevar a otros a Cristo y al ministerio del Espíritu Santo y por el cumplimiento de la Gran Comisión.

    Agradecimiento: Una actitud de agradecimiento a Dios por lo que El es y por la benevolencias que gozamos por pertenecer a él, por permitirnos reconocer que El controla todas las cosas, no apenas las bendiciones, pero también los problemas y las adversidades. Cuando nos aproximamos de Dios con un corazón grato, El se vuelve fuerte en nosotros.

    “LLeguen a Dios y El llegará a ustedes” (Tg 4:8).

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