ADORADORES Y ADORACIÓN
¿Qué significa la Palabra “Adoración”? El diccionario Aurélio (de Brasil), define
adoración como culto a una divinidad; culto, reverencia y veneración. El mismo diccionario
define el verbo adorar como rendir culto a (divinidad); reverenciar, venerar
(Diccionario Aurélio Electrónico). Las palabras que definen adoración en el Antiguo
Testamento significan: arrodillarse, postrarse (No. 7812, Strongs), como en Ex. 20:5. Las
palabras que definen adoración el Nuevo Testamento significan: besar la mano de alguien,
para mostrar reverencia; arrodillar o postrarse para mostrar culto o sumisión, respeto
o súplica (No. 4352, Strongs) como en Mateo 4: 10 y Juan 4: 24.
La Adoración,
entonces, es una actitud de extremo respeto, inclusive a lo divino, que se expresa con
acciones singulares de reverencia y culto.
He aprendido que adoración es tributar a Dios aquello que mejor tenemos.
¡Sea el mejor de los labios, sean ofertas financieras, sea un llanto grato y leal, sea un grito
de júbilo, sean músicas, palmas, danzas e instrumentos musicales, o quien sabe, una
meditación íntima, cuando nadie ve o escucha nada, pero usted está ahí, adorando a Dios
por saber que Cristo murió para purificarte de tus pecados pasados y futuros!
Ese mejor no es un padrón fijo. Tu mejor no es igual al mejor de tu prójimo. La adoración
genuina trabaja con aquello que tiene en la mano. Y sepa una cosa: aunque sea muy
poco, Dios es poderoso para alimentarte con aquello que es poquito.
¡Basta creer! ¡Basta entregar! ¡Basta ser grato!
!Siendo así, aquello que usted tiene puede ser hasta del tamaño de un grano de
mostaza!
¡Ofrezca a Dios. Adoración nunca intenta comprar a Dios!
Adoración es una profunda dependencia de la fuerza del Señor. Por más
que usted tenga para ofrendar, o por mayor que sea la calidad de lo que usted
ofrenda, eso jamás será una moneda de cambio, o un modo de contrariar a Dios.
El amor verdadero no procura su interés. Y adoración es la entrega de un corazón
que ama a Dios por encima de todas las cosas. Como el profeta Habacuc dijo: “la higuera
no florece, no hay fruto en la vid, la olivera miente, los campos no producen sustento, las
ovejas fueron robadas y no hay ganado en los corrales. Todavía, yo me alegro en el Señor,
me exalto en el Dios de mi salvación”.
El Salmista, en el Salmo 150 dice que debemos adorar a Dios con todo lo que somos
y todo lo que tenemos, eso es, no existe un padrón (gestual) para adorar a Dios, pero
existe sí una marca de un/una verdadero/a adorador/a, es la marca de entregarse con todo
su ser y en todo y cualquier tiempo. Ahora, como dijo Kierkegaard, la fe se manifiesta en
virtud de lo Absurdo.
Adoración es una vida abundante que convive con cosas pasajeras, pero que no
deja que la esperanza en Cristo se limite a esas cosas. Esa vida de adoración dice el Señor:
“¿Para dónde me ausentaré de tu Espíritu? Si subo a los cielos, allá estás, si hago mi cama
en el abismo, allá estás también. Si yo digo: las tinieblas me encubrirán, hasta las tinieblas
no te serán oscuras: las tinieblas y la luz son la misma cosa” (Salmo 139). Así va el corazón
del adorador.
Dios sabe quien lo adora; y El mismo busca y encuentra sus adoradores, conforme
Jesús dijo en Juan 4.
Termino esto solamente con una observación: No podemos olvidar que Dios
no llamó adoradores, Dios nos llamó para ser discípulos y si verdaderamente somos
discípulos, lo adoraremos en todo el tiempo y entonces seremos encontrados por EL,
pues Dios busca a tales adoradores.
En El, que vivió una contínua e ininterrumpida adoración al Padre con todo su ser,
Pastor Rogério Amaral.
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