LA IGLESIA Y LA SOCIEDAD
El
llamado de Jesús es para que su pueblo sea la luz del mundo y la sal de la
tierra (Mateo 5:13-16 “Ustedes son
la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su
sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee. Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad
en lo alto de una colina no puede esconderse. Ni se enciende una
lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para
que alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz
delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y
alaben al Padre que está en el cielo”), es decir que Dios
nos ha llamado para estar en medio de todo que es diferente de nosotros – sal y
tierra, luz en un mundo que está en tiniebla (Juan 8:12, 12:35) -, aún en
Romanos 12:1-2 dice que “Por
lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que
cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio
vivo, santo y agradable a Dios. 2 No se amolden al mundo actual, sino sean
transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es
la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta”.
Necesitamos
comprender que la sociedad casi siempre está en la mano contra de la voluntad
de Dios (1 Juan 5:19 “Sabemos que el que ha nacido de Dios no está
en pecado: Jesucristo, que nació de Dios, lo protege, y el maligno no llega a
tocarlo.19 Sabemos
que somos hijos de Dios, y que el mundo entero está bajo el control del maligno”)
y el llamado de la iglesia del Señor Jesús, que somos nosotros, es para
influenciar y no ser influenciada, como la sal, es para dar la dirección, es
para salvar los perdidos, tanto moralmente como también espiritualmente, como
la luz del mundo.
Independe
del siglo, de la época, del contexto que el mundo, que la sociedad está y vive,
la iglesia del Señor Jesús tiene que ser el buen sabor de Jesús en el mundo, la
iglesia del Señor Jesús tiene que hacer con que la sociedad mírela y vea en
ella, la iglesia, los verdaderos valores de Jesús, pues solamente los valores
de Jesús, que se encuentran en la iglesia, generan vida y vida en abundancia.
Por eso la iglesia de Jesús tiene que está informada, tanto con el conocimiento
bíblico como también con todo que está pasando en la sociedad, como ejemplo
tenemos la actual realidad de matrimonios gay, de matrimonio donde cada pareja
vive en una casa separada, donde dicen que los niños que van a decidir con sexo
tiene, entre otros tantos temas que existen hoy y van contra las enseñanzas de
Jesús.
Tenemos
vividos días donde la iglesia no protesta más (nosotros somos llamados de
protestantes, de aquellos que protestan contra el pecado, contra la
injusticia), tenemos sido iglesia que no profetiza más contra el pecado de la
sociedad (el principal llamado de un profeta es apuntar y condenar el pecado).
Tenemos
que entender que profetizando, que apuntamos, que condenamos el pecado, la
injusticia tanto con palabras, con predicas, como también con nuestro testimonio,
con nuestro comportamiento.
Somos
la iglesia del Señor Jesús, somos los que tienen que llevar esperanza para esta
sociedad, que tenemos que buscar la injusticia para esta sociedad injusta,
tenemos que, somos los que tienen que ser compasivos y amorosos en una sociedad
llena de odio y rancor (Lean Mateo 5).
Ayer,
hoy y siempre la iglesia del Señor Jesús es y tiene que ser la esperanza para
que la sociedad sea salva, para que la sociedad entienda que solamente los
valores de Jesús generan vida, vida eterna en abundancia. Es con nosotros, la
iglesia de Jesús, que Jesús cuenta para salvar el perdido, dar vista a los
ciegos y anunciar el año aceptable del Señor (Lea Lucas 4).
Como
está en Romanos 12, no podemos amoldarnos a este mundo-sociedad, somos nosotros
que tenemos que ser los transformadores con la gracia y la unción del Espírito
Santo de Dios que en nosotros habita.
Pr. Rogério Amaral
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