http://www.escolademissoes.org.br/

Translate

sábado, 14 de abril de 2018

Estudio: OBEDIENCIA Y PROSPERIDAD - Pr ROGÉRIO AMARAL






OBEDIENCIA Y PROSPERIDAD
“Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios” (1 Samuel 15:22)

          Si hay algo que influencia la vida de todo el mundo es el dinero, es más, es una de las tres áreas que más generan problemas en una relación, las otras dos son la comunicación y el sexo.

       El uso que hacemos del dinero es una expresión visible de nuestra fe, demostrando cómo tratamos nuestra vida y la dimensión del valor que atribuimos a ella.

        Mucha gente se siente muy poderosa con el dinero porque permite adquirir muchos bienes. Puede comprar el sexo, pero no el amor. Puede obtener el tiempo de alguien, pero no su fidelidad y lealtad. Conquistar el placer, pero no la felicidad.

       Nuestras creencias son como fuerzas que atraen y repelen cosas en nuestras vidas. Nuestra creencia en relación al dinero puede tanto a traerlo como repelerlo. La imagen que tenemos sobre el dinero es que nos da las convicciones a su respecto.

          El diezmo, por ejemplo, no se resume a contribuir economicamente. Del mayordomo cristiano se requiere que éste entregue el diezmo de su tiempo también. Si todos nosotros hiciésemos esto, la evangelización mundial crecería a la velocidad de la luz y no en el ritmo en que estamos.

        Algunos de los grandes influenciadores cristianos del último siglo surgieron al diezmar su tiempo a la obra de Dios. Si Jesús murió por nosotros porque Dios, por amor, entregó todo lo que tenía de más precioso, entonces la medida de nuestra contribución revela la profundidad de nuestro amor.

         El amor desea dar, pero la codicia está interesada apenas en recibir. El texto leído arriba, muestra el momento en que Saúl desobedece a Dios y pierde su reino. Un acto de desobediencia hizo con que pasase toda su vida esforzándose y sacrificándose para volver al camino.

         Buscó en oración a Dios durante mucho tiempo, pero no alcanzó más. Quiere decir, ningún esfuerzo nuestro es capaz de darnos aquello que perdemos por desobediencia. Nosotros cosechamos lo que sembramos.

          Trabajamos todo el mes para recibir un salario y al final cuando lo recibimos, lo que hacemos con el dinero revela como vivimos.

       Supe de una mujer que tenía dificultad en aceptar la vida que su marido le estaba proporcionando, sentía verguenza de andar en aquel carro tan bonito y hasta cierto punto, caro. Aquella imagen de pobreza había sido grabada en su mente durante la parte inicial de su vida. Pensaba que si fuese rica no entraría en el cielo.

           Ciertamente es difícil para el rico entrar en el cielo, pero la razón no está en la riqueza en sí, pero en la confianza que se deposita en ella.

           Tanto la riqueza como la pobreza pueden ser una prisión para cualquier persona. Día a día yo pido al Señor para que haga una desconstrucción y reconstrucción en mi vida financiera, en mi manera de ver y sentir sobre las cosas materiales, oro para que EL cambie mis valores y principios que están equivocados y los coloque en línea, de acuerdo con Su voluntad.

           Cierto pastor tenía una mentalidad equivocada sobre finanzas y Dios le decía a él para cambiar para un departamento mayor, lo que él era reacio a hacer. Cierto día el Espíritu Santo le preguntó:
        Si yo le pido para cambiar para un departamento menor, ¿Ud., va?
        Sí, respondió él rápidamente.
        Entonces, ¿por qué no quiere mudarse para la casa mayor si le estoy pidiendo eso?

       El problema no era el tamaño de la casa, pero si él estaba siendo obediente o no. Si no obedeciese, estaría pecando. Parece que todo se resume en ser obediente y no si somos ricos o pobres.
La esposa del profeta Oseas era infiel a él. Se daba a los hombres a cambio de dinero. Y prostituirse es eso, entregarse a alguien a cambio de beneficios.

       Quien se entrega totalmente a su trabajo olvidándose de Dios y de la familia se está prostituyendo emocionalmente. Quien ama a Dios interesado apenas en recibir bendiciones materiales, se está prostituyendo espiritualmente.

           El Señor nuestro Dios desea prosperarnos, es algo propio de Él y es parte de Su naturaleza. Pero amarlo solamente por eso, es entregarse por beneficios.

             El desea que seamos prósperos en todas las áreas de nuestra vida. Por lo tanto, arrepiéntase de sus actos de desobediencia y prospere.

             PIENSE,  SE ANALICE:
            ¿He vendido mis valores a cambio de algo?
           ¿Qué puedo hacer para realinear mi vida a la voluntad de Dios?
           ¿He permitido que el Señor Jesús realmente sea el Señor y el centro de mi vida?

Nenhum comentário:

Postar um comentário

Com o desejo de ter você como companhia nesta caminhada e obra que o Senhor nos tem confiado, ficamos feliz com o seu comentárioa.

Que o Senhor lhe abençoe!