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domingo, 8 de abril de 2018

Reflexiones: COMO YO CREO 2 - Pr ROGÉRIO AMARAL








COMO YO CREO 2

Toda tradición, todas las costumbres, todo rito, un día fue novedad, eso es, cuando apareció, cuando surgió, cuando fue implantado era algo nuevo, era algo innovador y prácticamente todo que es nuevo, como prácticamente todo tipo de cambio, de mudanza, asusta, asombra y, por eso, nuestra primera reacción, nuestra primera actitud es la de criticar, es rechazar, es condenar, es buscar defectos y problemas, pues lo que es de costumbre, lo que es habitual, lo que es rutinero, aquello que ya conocimos y dominamos, lo que ya tenemos el control siempre nos parece ser el mejor.

Con base en esta afirmación arriba que quiero continuar mi raciocinio donde el primero tuvo el título “Como yo creo”, y aquí y ahora hablo de manera más didáctica sobre tradición y tradicionalismo. Espero-deseo-oro para que sea de bendición a todos.

            La palabra “tradición” parece diez veces en el Nuevo Testamento (Reina Valera, 1960) y once veces en el Nuevo Testamento (Juan Ferreira de Almeida, Edición Revisada y Corregida, en portugués). De las once veces y/o diez veces, en apenas una, en solamente una somos incentivados, animados a “guardar la tradición” (Tes. 3:6) y eso en portugués, pues en español no se presenta ninguna vez la enseñanza para de guardar la tradición. En todas las veces la “tradición” se había transformado, se había tornado, se había se convertido en tradicionalismo, y se encontraba, por eso, en oposición a los designios de Dios.

            El teólogo luterano Jaroslav Pelikan, profesor emérito de la Universidad de Yale, hizo la siguiente distinción entre tradición, de un lado y lo que denominó de tradicionalismo, de otro lado: él dice:
            “-Tradición es la fe viva de aquellos que ya están muertos. Tradicionalismo es la fe muerta de los que aún viven”.

            En el tradicionalismo el hombre, la institución son el centro, la razón de las cosas. En muchos casos, prácticamente en la mayoría de los casos, el tradicionalismo nos hace estar prendidos al pasado y no nos permite nos contextualizar o mismo recibir nuevas orientaciones de Dios (enfatizo decir que Dios no va jamás contra sus enseñanzas, pero lo que estamos tratando aquí es sobre tradición y tradicionalismo).

            La tradición, por otro lado, es una caminata mirando hacia la fe de los cristianos genuinos del pasado. La tradición liga el pasado al presente mirando la construcción de un futuro promisor. La tradición es valorar los hombres y las mujeres del pasado como los que son mencionados en Hebreos 11.

            En la Biblia, tenemos la tradición de los patriarcas, de los sacerdotes, de los reyes, de los profetas, de los jueces y de los apóstoles. Esta tradición es un legado, una herencia rica, llena de experiencias con el Señor y con el prójimo. Nos es un fin en ella mismo.  Es un medio de bendición, es una escuela rica, hermosa en historias de los grandes hechos de Dios en la vida de Su pueblo.

            Quizá el credo de los apóstoles sea un sumario de las grandes doctrinas cristianas que debemos preservar.

            Tenemos conocimiento de críticas feroces contra iglesias que, como ejemplo, empezaran a cantar alabanzas a Dios en ritmos actuales o regionales. Muchos dicen que esas iglesias están se tornando “mundanas” al cambiar los “himnos santos”, tradicionales, por las “músicas del mundo”. Lo que eses críticos parecen no saber es que las mismas críticas, que ellos hacen a los nuevos ritmos, a los ritmos actuales, en el pasado fueran hechas a los himnos que hoy tenemos como tradicionales.

            Recientemente, lamentablemente, tuvimos la noticia de la muerte del Obispo Federico Pagura. El Obispo Pagura escribió himnos en ritmo de tango, creo que el más conocido es “Tenemos Esperanza”, lo que fue una novedad, una innovación, y hasta hoy nos regocijamos con los himnos de este hombre de Dios que se permitió ser usado por el Espíritu de Dios en su época, en su tiempo y en su contexto.

            Quizá, se así sea la voluntad de Dios, yo escriba más sobre este tema.

            ¡Dios le bendiga!

            En Él, que es el Señor de todos los tiempos, épocas, costumbres y tradiciones, Rogério Amaral.

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